En una entrevista exclusiva, la endocrinóloga nos comparte su visión sobre el papel fundamental de los ácidos grasos omega-3, en particular el EPA y el DHA, en la prevención y tratamiento de diversas enfermedades. Un suplemento que, apunta, a ser parte de la dieta diaria

La doctora Gestne Aure es endocrinóloga, graduada de medicina en la Universidad Central de Venezuela, se dedicó a la investigación y luego a la clínica. Ha sido investigadora y docente, y hoy ejerce en el Centro Médico Docente La Trinidad, ubicado en la ciudad de Caracas. Habla con mucha pasión de su experiencia y nos comparte sus recomendaciones acerca de la inclusión de los ácidos grasos, especialmente el Omega-3, en la dieta diaria como una forma de prevenir enfermedades cardiovasculares, entre otras virtudes de este componente.

¿Qué le apasiona a la doctora Gestne Aure?

La medicina es mi vida. Me encanta la interacción con los pacientes, entender sus necesidades y encontrar soluciones a sus problemas de salud. Pero mi pasión va más allá de la consulta. Me encanta la investigación, pues me permite explorar nuevos horizontes y contribuir al avance de la medicina. Así que puedo decir que mi vida se divide entre la clínica y la investigación, mis dos grandes pasiones.

¿Qué le motivó a estudiar medicina, ser internista y especializarse como endocrinóloga?

Siempre he sentido una profunda conexión con la medicina, gracias a la influencia de mis padres, ambos médicos. Mi madre, internista y dermatóloga, y mi padre, cirujano y obstetra, me transmitieron su pasión por cuidar de los demás. Si bien mi padre me animó a seguir sus pasos en obstetricia, mi interés se inclinaba más hacia la medicina interna. Durante mis estudios, experimenté una fuerte atracción por la psiquiatría, pero mi madre me aconsejó comenzar por la medicina interna para obtener una visión más amplia. En ese recorrido, descubrí la endocrinología, una especialidad que me cautivó por su enfoque investigativo y su relación con diversas áreas de la salud. Fue entonces cuando decidí dedicarme a esta apasionante rama de la medicina.

¿Qué ha sido lo más gratificante como endocrinóloga?

Es sumamente gratificante presenciar los avances en el control metabólico de nuestros pacientes, fruto de la investigación incesante. Recuerdo con claridad casos de pacientes diabéticos que, durante mis primeros años de práctica, enfrentaban amputaciones como consecuencia de complicaciones avanzadas. Hoy en día, gracias a un manejo más preciso y personalizado, estas situaciones son cada vez menos frecuentes. La medicina de precisión ha revolucionado nuestra práctica, permitiéndonos identificar las características únicas de cada paciente y diseñar tratamientos altamente efectivos. Desde la investigación básica hasta la aplicación clínica, hemos recorrido un camino extraordinario que ha mejorado significativamente la calidad de vida de nuestros pacientes.

Háblenos de los Omega-3 y sus efectos positivos en el organismo. Como investigadora, explíquenos sobre los beneficios del aceite de pescado Omega-3.

El doctor Juan Obregón, mi profesor de endocrinología, venía de estudiar en Estados Unidos y de trabajar con prostaglandinas -que son unas pequeñitas hormonas que se producen en la membrana de la célula y son como señalizadores intercelulares-, y nos explicó los beneficios del aceite de pescado y su papel en la regulación de diversas funciones corporales. Nos dio toda esa base y nos decía que el que sabía de bioquímica sabía de endocrinología. Sus estudios revelaron cómo los ácidos grasos omega-3 influyen en la salud cardiovascular, la resistencia a la insulina, la obesidad y en otros procesos fisiológicos. Sus enseñanzas me permitieron establecer una sólida base en bioquímica y endocrinología, y apreciar cómo la investigación básica puede traducirse en aplicaciones clínicas relevantes.

¿Qué característica debe tener como tal el aceite de pescado rico en Omega-3?

Hay dos ácidos grasos que son importantes: el linoleico, que es el omega-6, y el linolénico, que es el omega-3. Ambos Un buen aceite de pescado debe contener altas concentraciones de EPA y DHA. Estos ácidos grasos son los más estudiados y los que han demostrado mayores beneficios para la salud. Es importante recordar que el omega-3 y el omega-6 compiten en las mismas vías metabólicas. Por lo tanto, es fundamental mantener un equilibrio entre ambos ácidos.
Por ejemplo, el organismo tiene la maquinaria para sintetizar el omega-9. Pero para el omega-3 y el omega-6, no. El omega-6 vienen de las carnes, y también viene el ácido araquidónico que va a formar la parte, junto con el omega-3, de las membranas celulares. El omega-3 viene del aceite de pescado, pero también puede ser aportado por vegetales grasos, pero la proporción es muy baja. La dieta occidental obviamente va a tener más omega-6 con respecto a la dieta mediterránea o la dieta que hacen los esquimales, que tiene más omega-3.
Tú en la sangre tienes que mantener un adecuado nivel omega-3 y omega-6, porque ellos entran en la misma cadena metabólica enzimática y compiten entre sí.
El omega-3 tiene demasiados efectos beneficiosos. Pero no solamente eso, sino que se están haciendo estudios sobre otros, que han dado muy buenos resultados en cardiología, como el ácido docosahexadenoico y el eicosapentaenoico.

¿Un omega-3, de 1.000 miligramos, tiene la composición que requiere el organismo?

La dosis de omega-3 puede variar dependiendo de las necesidades individuales. Es importante leer las etiquetas y elegir productos de calidad. Por ejemplo, EPAX de Laboratorios Vivax, al ver la composición de esos 1.200 miligramos , 60% es aceite pescado omega-6. Eso significa, que de esos 100%, 60% es ácido eicosapentaenoico y ácido docosahexaenoico. Por ello, puedo decir que en el mercado venezolano este es el que más concentración tiene de estos dos elementos. Porque estos dos juntos tienen que llegar por lo menos a 720 miligramos. De EPA Y DHA,

¿Es un suplemento efectivo?

Tú tienes que suplementar al paciente con omega-3, porque es imposible que tú te consumas 720 miligramos de pescado. Por eso es necesario suplementar, debido a la importancia que tienen los omega-3. Es un suplemento efectivo y muy bueno.

¿Puede explicarnos qué son el EPA y el DHA y qué beneficios aportan a la salud?

El EPA (ácido eicosapentaenoico) y el DHA (ácido docosahexaenoico) son ácidos grasos omega-3. Son beneficiosos, porque son los ácidos grasos esenciales, los precursores de esas partículas llamadas prostaglandinas, que son muy beneficiosas para la salud, pues desempeñan un papel crucial en la salud cardiovascular, ayudando a reducir los triglicéridos, la presión arterial y el riesgo de formación de coágulos sanguíneos. Además, se asocian con una mejor función cerebral, una menor inflamación y un sistema inmunológico más fuerte.

¿Y por qué es tan importante que la dosis de EPA sea 456 mg y de DHA sea 264?

Si bien el EPA se destaca por sus beneficios cardiovasculares, el DHA es crucial para el correcto funcionamiento del sistema nervioso central. Ambos ácidos grasos son precursores de prostaglandinas de serie 3, moléculas con potentes propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.
La investigación actual sugiere que el EPA tiene un mayor impacto en el endotelio vascular, mientras que el DHA influye de manera más directa en el cerebro. De hecho, muchos productos lácteos enriquecidos con DHA se comercializan para promover el desarrollo cognitivo, especialmente en niños.
La recomendación general es consumir al menos 720 mg de omega-3 al día, en dosis de 456 mg de EPA y de 264 mg de DHA, es el equilibrio para la salud cardiovascular y cerebral. Si bien los pescados grasos como el salmón, la sardina y el atún son fuentes naturales excelentes, la suplementación con cápsulas de omega-3 puede ser necesaria para alcanzar este objetivo, especialmente en zonas urbanas donde el acceso a estos alimentos frescos es limitado.
Al elegir un suplemento, es fundamental buscar productos de alta calidad que contengan concentraciones elevadas de EPA y DHA en una proporción equilibrada.

¿A qué tipo de pacientes se le recomienda tomar omega-3?

Los suplementos de omega-3 son beneficiosos para personas de todas las edades; recordemos que las leches para los bebés vienen fructificadas con DHA. El objetivo es mantener un equilibrio entre el omega-6 y el omega-3. Nosotros consumimos más omega-6, debido a que nuestra dieta tiene más carne y pescado. Por ello tenemos que buscar la manera de mantener los niveles adecuados de omega-3 en la sangre, ya que disminuye las partículas LDL, el colesterol malo; es un efectivo antioxidante que mejora el sistema nervioso central y mejora las funciones vitales.

¿Cuáles serían esas dosis diarias recomendadas de ácido graso de omega-3?

Lo ideal son 1.000 miligramos, si hablamos de cuidado del endotelio, salud cardiovascular. Ahora, para bajar triglicéridos, la dosis debe ser 4.000 miligramos al día, porque además de actuar sobre el endotelio y como antiinflamatorio y antioxidante, mejora el hígado graso. Por supuesto, debe ser referido por un médico, la persona no debe automedicarse.

¿Ha observado resultados clínicos positivos en sus pacientes luego de recomendarles EPAX como suplemento para un estilo de vida saludable?

Sí. El signo clínico más detectable con el uso del omega-3 está relacionado con los niveles de triglicéridos, que disminuyen. Si a ello le agregas dieta y caminatas, por ejemplo, la mejoría es excepcional en lo que respecta al hígado graso grado 1. También he observado mejoría en las pacientes con síndrome de ovarios poliquísticos, debido a que mejoran su resistencia a la insulina y les ayuda a controlar el peso. Cuando el omega-3 se combina con estatina, se reduce el riesgo cardiovascular. Muchos pacientes reportan una sensación de bienestar general.

¿Existen contraindicaciones u observaciones especiales al recomendar este producto?

Los pacientes a menudo experimentan molestias gastrointestinales, como reflujo. En algunos casos, especialmente en personas muy sensibles, pueden presentarse episodios de diarrea debido a la acción de las prostaglandinas, unas sustancias que el cuerpo produce en respuesta a la grasa. Sin embargo, es importante aclarar que el omega-3 no se adhiere a las paredes del estómago ni produce daño. Al ser una grasa, se recomienda refrigerarlo para preservar su calidad y consumirlo durante las comidas, ya que su naturaleza liposoluble facilita su absorción junto con los alimentos y reduce la posibilidad de reflujo.
Forma parte fundamental de nuestras células, actuando como un antioxidante y antiinflamatorio que contribuye a retardar el envejecimiento celular. Su consumo regular, además de proteger la salud cardiovascular, ayuda a combatir el estrés oxidativo asociado al paso del tiempo. Por estas razones, recomiendo ampliamente la incorporación de suplementos de omega-3 en la dieta diaria.